martes, 25 de febrero de 2014

Café con vainilla.

   Hoy ha sido un día... insustancial, como diría Helena. No he hecho gran cosa. Esta mañana me levanté y mientras me tomaba un café con vainilla (espero que en Rumanía tengan vainilla, por que yo sin ella no soy persona), miré más fotos del pueblo donde me quedaré.
Se llama Bran, y no es muy grande. Parece el típico pueblo de cuento. Tiene un castillo en una pequeña montaña que hay al lado, y, según cuentan, allí vive una familia de vampiros. Lo que me faltaba, tener que convivir con chupasangres. También he hablado con la familia con la que me quedaré. Parecen buena gente. La mujer me recuerda a mi madre, es muy cariñosa. La típica mujer mayor con mofletes gorditos y mirada soñadora. El hombre me recuerda al cazador de Caperucita, no me preguntéis por qué. Y tienen una niña pequeña, de unos 10 años, rubia y pálida. Prototipo de vampiro, de esas que dan miedo. Nos hemos estado enviando fotos y me han contado que también va a haber otro chico en la casa. Tengo curiosidad de saber quién es, espero que no sea el típico que después de ver Crepúsculo se le va la olla y de verdad se cree que existen. Vamos, como Helena pero en masculino.
Por la tarde, fui a casa de mi madre a por la maleta. Al final me había comprado una maleta preciosa, de un color azul grisáceo. No es nada llamativa, justo lo que quería. También me preocupaba que no me cabieran las cosas para tantos meses fuera, pero es bastante grande. Sabía que sería buena idea dejar las cosas de viajes a mi madre. Después llegó su nuevo novio, y yo me fui a mi casa, no quería molestar.
Y ahora estoy aquí, escribiendo. No se, de pronto me han entrado ganas de viajar. Supongo que cuando me duerma con mi pijama calentito, se me pasará.

2 comentarios:

  1. No metas tantas cosas en la maleta, ¡que después no cierra! Lleva ropa cómoda, sencilla y básica, pero algunas prendas de colores, para no ir siempre igual. Además, podrías llevarte algo arreglado para por la noche, nunca se sabe donde vas a cenar. Yo me llevaría algo cómodo para estar por casa, como un chandal o un pijama abrigado; para no ensuciar lo demás. ¿Mi prenda estrella? Unos vaqueros gastados, ¡se llevan en todas partes!

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  2. Las maletas azules se suelen romper. -andria w

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