Hola, aquí Abril otra vez. Bueno, estamos en Marzo... vale, ya paro.
Llevo solo varios días aquí y ya se me están pegando los chistes de Dorin y sus ''Numele tau este amuzant!'', que según Gabriel significa que mi nombre es gracioso.
Estos últimos días he estado muy ocupada, nunca pensé que irse de viaje diera tanto trabajo.
Ayer
días fui con Gabriel a la biblioteca de Fundata, otra ciudad de la
comarca. Tuvimos que coger el autobús, y aunque solo hay 20 kilómetros,
se me hizo eterno. Intenta leer algún cartel de la carretera, pero eso
sólo me frustraba más. No entiendo nada, ¿cómo voy a estar aquí sin
entender ni una palabra? Por lo menos Gabriel entiende algo. Por cierto,
según me dijo, su madre era española. Menos mal, así no echaré tanto de
menos mi país. También me ha estado contando que cuando tenía 8 años
vino de vacaciones con sus padres aquí. Y me dijo que se chocó contra un
árbol, se hizo una cicatriz y le dijo a sus amigos que le había mordido
un vampiro. Dios, que chaval, con él no te aburres, siempre está
haciendo bromas y tonterías.
En
la biblioteca estuvimos mirando textos sobre el castillo de Bran. Me
quedé impresionada con las fotos. Parece... ¿mágico? O puede que fuera
el filtro de la cámara lo que era mágico. Después de pasar toda la
mañana allí, decidimos volver a la casa. Cuando llegamos, ya había llegado
el otro hijo de la familia. Se llama Mircea, y es pálido, aunque no
tanto como la hermana. Es alto, y su cara me recuerda a alguien. Tiene los ojos claros y a veces se queda
mirándome fijamente sin pestañear. Yo me limito a sonreirle
educadamente.
Hoy
Yanessis me llevó por el pueblo. No sé porqué, pero se me ocurrió que
sería una buena idea hablar con la gente, para saber que opinaban sobre
todo el tema de los vampiros.
La
mayoría de la gente, me miraba, negaba con la cabeza y se iba. Sólo un
grupito de viejas (las típicas cotillas de los pueblos) quiso hablar
conmigo. Me contaron que había gente rara que se reunía a veces en el
castillo, y que nadie sabía que hacían dentro. Cuando lo conté en la
cena, Dorin dijo algo como: Prostie vechi! Por la cara que puso, creo que no le caen muy bien sus vecinas.
Esta tarde he estado hablando con mi madre. Cada vez que le hablo de la familia, se echa a reir. Dice que con lo peculiar que soy yo, no le extraña que me haya tocado esa familia. Vale, gracias mamá, yo también te quiero. Después llamé a Helena, y me pasó lo mismo. ¿A todo el mundo le parece gracioso? Ella me estuvo contando como es Londres. Dice que llueve mucho, y que cuando sale el sol, baila mentalmente. Tan Helena como la recordaba.
Ahora
estoy acostada en mi cama, con mi vasito de leche al lado, como cuando
era pequeña. Aunque de pequeña no me pegaba unos sustos de muerte cuando
iba a la cocina, como el que me acabo de pegar gracias a la pequeña
Anastasia.
Mañana
Mircea se ha ofrecido a acompañarme a visitar el castillo. Decir que
soy un saco de nervios ahora mismo, se quedaría corto. A saber que pasa
mañana.
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