domingo, 16 de marzo de 2014

Prostie vechi!

Hola, aquí Abril otra vez. Bueno, estamos en Marzo... vale, ya paro.
Llevo solo varios días aquí y ya se me están pegando los chistes de Dorin y sus  ''Numele tau este amuzant!'', que según Gabriel significa que mi nombre es gracioso. 
Estos últimos días he estado muy ocupada, nunca pensé que irse de viaje diera tanto trabajo.
Ayer días fui con Gabriel a la biblioteca de Fundata, otra ciudad de la comarca. Tuvimos que coger el autobús, y aunque solo hay 20 kilómetros, se me hizo eterno. Intenta leer algún cartel de la carretera, pero eso sólo me frustraba más. No entiendo nada, ¿cómo voy a estar aquí sin entender ni una palabra? Por lo menos Gabriel entiende algo. Por cierto, según me dijo, su madre era española. Menos mal, así no echaré tanto de menos mi país. También me ha estado contando que cuando tenía 8 años vino de vacaciones con sus padres aquí. Y me dijo que se chocó contra un árbol, se hizo una cicatriz y le dijo a sus amigos que le había mordido un vampiro. Dios, que chaval, con él no te aburres, siempre está haciendo bromas y tonterías.
En la biblioteca estuvimos mirando textos sobre el castillo de Bran. Me quedé impresionada con las fotos. Parece... ¿mágico? O puede que fuera el filtro de la cámara lo que era mágico. Después de pasar toda la mañana allí, decidimos volver a la casa. Cuando llegamos, ya había llegado el otro hijo de la familia. Se llama Mircea, y es pálido, aunque no tanto como la hermana. Es alto, y su cara me recuerda a alguien. Tiene los ojos claros y a veces se queda mirándome fijamente sin pestañear. Yo me limito a sonreirle educadamente. 
Hoy Yanessis me llevó por el pueblo. No sé porqué, pero se me ocurrió que sería una buena idea hablar con la gente, para saber que opinaban sobre todo el tema de los vampiros. 
La mayoría de la gente, me miraba, negaba con la cabeza y se iba. Sólo un grupito de viejas (las típicas cotillas de los pueblos) quiso hablar conmigo. Me contaron que había gente rara que se reunía a veces en el castillo, y que nadie sabía que hacían dentro. Cuando lo conté en la cena, Dorin dijo algo como: Prostie vechi! Por la cara que puso, creo que no le caen muy bien sus vecinas.
Esta tarde he estado hablando con mi madre. Cada vez que le hablo de la familia, se echa a reir. Dice que con lo peculiar que soy yo, no le extraña que me haya tocado esa familia. Vale, gracias mamá, yo también te quiero. Después llamé a Helena, y me pasó lo mismo. ¿A todo el mundo le parece gracioso? Ella me estuvo contando como es Londres. Dice que llueve mucho, y que cuando sale el sol, baila mentalmente. Tan Helena como la recordaba.
Ahora estoy acostada en mi cama, con mi vasito de leche al lado, como cuando era pequeña. Aunque de pequeña no me pegaba unos sustos de muerte cuando iba a la cocina, como el que me acabo de pegar gracias a la pequeña Anastasia. 
Mañana Mircea se ha ofrecido a acompañarme a visitar el castillo. Decir que soy un saco de nervios ahora mismo, se quedaría corto. A saber que pasa mañana.

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