domingo, 23 de marzo de 2014

Una semana de descanso

Esta semana he estado un poco desconectada del mundo. Dorin me ha conseguido arreglar el ordenador, pero hasta hoy ni lo he encendido. He tenido tiempo para ir a la biblioteca del pueblo, y me he llevado prestados varios libros, todos de personajes famosos (aunque no precisamente para bien) de Rumania, como Isabel Báthory o Vlad Tepes, así para tener algo de cultura general. También he estado paseando por Bran y haciéndole fotos a algunas casas típicas interesantes. 



 
Cuando Gabriel volvió de Brasov, me saludó con normalidad, como si no me hubiese dejado plantada, así que en vez de echarle la bronca (un monólogo que había estado repitiendo mentalmente media hora) y montarle el numerito, me callé la boca. La verdad es que no me viene bien enemistarme con la única persona que sabe español de la casa. Me hubiese gustado ir por ahí con Mircea, que es un guía estupendo, pero esta todo el día con sus amigos (vamos, lo normal) y no quiero parecerle una pesada al pobre chaval.También he estado jugando a la pelota con Anastasia, en un campo de volleyball improvisado que hemos hecho en el jardín. Me he tenido que subir a a un árbol e ir trepando hasta arriba para recuperar la pelota, ya que con mis habilidades deportivas, la había embarcado. La niña me miró con esos ojos que tiene, me entró un escalofrío y me encaramé al árbol lo más rápido que pude. La verdad es que no he hecho otra cosa más productiva en estos días, sin contar el hecho de estar en la cama de miércoles a viernes por culpa de los bizcochitos caducados.

2 comentarios:

  1. Quilla, tu lo que tienes que haser ayi es vivir aventuras, como atraca shinos o perderte en er campo, y pasa del Mircea ehe, que tiene nombre de mala jente.

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    1. quillo, aquí no hay chinos, grasia por er consejo tete ;)

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